5 consejos técnicos para hacer clases online irresistibles

Mejora la imagen y el sonido de tus clases online. ¡Tu alumnado las disfrutará aún más!
Te has decidido a ofrecer sesiones online a través de TIMP. ¡Estupenda decisión!

Ahora lo importante es que tus servicios desde casa tengan el mismo toque de profesionalidad que cuando eran en persona. Con tu sola presencia y saber hacer ya tienes mucho ganado, pero hay otros aspectos a tener en cuenta también. 

Como estamos en terreno audiovisual, vamos a repasar unos cuantos requisitos que deberán reunir tanto los vídeos que mandes a través del buzón de tu panel como las sesiones en directo que programes.

Elige una estancia acorde a tu actividad

Antes de situar siquiera la cámara lo primero es decidir dónde vas a realizar la grabación o retransmisión de tu sesión. 

El primer aspecto para escoger el lugar idóneo de tu casa es conocer de qué actividad trata tu sesión y qué recursos utilizarás: si es una clase de inglés puede que una sala en la que quepa una mesa desde la que impartirla sea suficiente. Si además tu clase incluye explicar conceptos en una pizarra, necesitarás espacio para ubicarla. 

¿Tus sesiones son en cambio clases de pilates? Entonces seguramente necesitarás más espacio: puede que el salón de tu casa sera el lugar ideal. Quizá tengas que retirar algunos objetos del mobiliario como el sofá, pero así tendrás más margen de maniobra para moverte sobre la esterilla.

En definitiva, para elegir la ubicación de tu clase ten claros los apartados de los que constará tu sesión y el espacio que te hará falta para desarrollarlos. 

Cuida la iluminación

La luz en cualquier grabación o sesión en directo es fundamental. Obviamente dependerá mucho de la hora a la que grabes, pero lo ideal es que sea durante el día: en un hogar no hay mejor luz a mano que la que nos proporciona el sol. Si entra de forma muy directa procura usar cortinas translúcidas que suavicen la luz total que ilumina la estancia.

Evita por encima de todo que la ventana esté a contraluz, es decir, situada enfrente de la cámara, porque de lo contrario tu imagen se verá completamente ensombrecida y por mucho que trabajes los contenidos de tu sesión el acabado final parecerá tosco e improvisado.

En el caso contrario, si te ves en la obligación de retransmitir al atardecer o de noche intenta evitar las lámparas halógenas de techo, que proyectan la luz de forma muy concentrada y generalmente desde arriba, creando en ti sombras muy duras que afean el conjunto. En caso de que no tengas otra opción para iluminar toda la estancia, intenta suavizar las sombras de los focos halógenos con una luz de apoyo delantera que te alumbre específicamente a ti, como una lamparita de pie.

Captura la mejor imagen y sonido

Una mejor cámara ofrece por lo general una mejor calidad de imagen, pero no es el factor clave. Más importante que la calidad de la cámara (si partimos de un mínimo aceptable) es la configuración de los parámetros de grabación de la misma. 

Hay unos cuantos que podrías ajustar (balance de blancos, el ISO y la velocidad de obturación…), pero salvo que uses una cámara réflex/DSLR y teniendo en cuenta que seguramente no te dedicas al mundo de la imagen, lo mejor es que entres en los distintos modos preconfigurados que ofrece tu cámara del móvil o webcam y selecciones aquél modo de escena que mejor cubre tus necesidades.

Haz para ello una prueba previa a la sesión en línea grabándote durante un minuto como si dieras clase y verifica que capta bien tu movimiento, así como los colores y luz de la estancia.

En cuanto al sonido, es importante reducir en la medida de lo posible la reverberación o eco de la sala donde grabes tu sesión. Si se trata de una habitación con muebles, éstos absorberán parte del sonido y evitarás ese molesto eco. Por el contrario, si es un cuarto vacío será mejor que busques otra ubicación o, si no es posible, que añadas algunos elementos que te ayuden a reducir la reverberación de tu voz, como moquetas en el suelo y algún mueble tapando las esquinas, que suelen ser los rincones donde el sonido rebota con mayor facilidad. 

Si puedes, usa un micrófono de solapa. Son pequeñitos y puedes pinzarlos a la altura del pecho en tu camiseta o en la solapa de tu camisa, de ahí su nombre. Recogerá tu voz muy cerca de tu boca, por lo que el sonido se registrará de forma muy nítida y el nivel de eco será mucho menor.

Sitúa correctamente la cámara

La forma en que te verán tus usuarios es muy importante para que puedan seguirte con interés.

Por eso, asegúrate de situar la cámara correctamente, ni muy arriba ni muy abajo con respecto a la altura de tus ojos. 

Y en lo que respecta a la distancia, aléjala de ti lo suficiente para que puedan seguirte cómodamente, es decir, ni muy lejos ni muy cerca. Volviendo al ejemplo que hemos visto más arriba, si das clase de pilates tendrás que ponerla lo suficientemente lejos como para que puedan verte de cuerpo completo, pero si das clase de inglés con que se te vea del torso para arriba quizá sea suficiente.

Como regla básica piensa en esto: si un cliente cualquiera estuviese frente a ti, ¿cómo podría seguir tus indicaciones adecuadamente? Intenta replicar su punto de vista al colocar la cámara.

Edita tus clases en vídeo

Cuando una sesión es en directo no hay trampa ni cartón: lo que sucede es en tiempo real, así que prepara bien tu clase y déjate llevar cuando la impartas. Lo importante es la naturalidad. 

Desde un equipo de sonido puedes poner de fondo una música agradable que acompañe tu sesión pero sin distraer, muy útil para rellenar espacios vacíos de contenido como los que se dan cuando debes ausentarte durante unos segundos o aprovechas para preparar algún elemento de apoyo para la clase.

Pero si también realizas clases en vídeo (en diferido), la cosa cambia. Estas clases son las que grabas y editas para enviarlas después. Incluso puede tratarse de directos que luego envías ya editados mediante el buzón de TIMP o compartes en tus redes sociales.

En este caso lo mejor es que edites tu vídeo y aproveches para aderezarlo con una cabecera que dé paso al contenido, texto sobreimpreso que separe los distintos apartados de la clase y música añadida a posteriori que disimule los cortes que has ido realizando en la edición. Por ejemplo para eliminar momentos “vacíos” en los que no ocurre nada.

De esta forma darás al vídeo final un acabado más cohesionado y dinámico.

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